Saludos desde la cara
oculta de la Luna. Hoy es Viernes Santo, una de las festividades más importantes
dentro del mundo cristiano en general, y católico en particular. Y como muchos
otros años, al mirar por la ventana se me ha dibujado una maliciosa sonrisa:
está lloviendo, lo que significa que muchos pasos no podrán salir en procesión.
En cualquier otra sociedad, incluso sentiría lástima por el cofrade que sale en
el telediario llorando a moco tendido porque su talla de madera no puede salir,
pero en esta sociedad, en este “Españistán” en que vivimos, no puedo tener
piedad. No me dejan tenerla.
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Rouco, en plan "indignado". |
Ayer, Jueves Santo, se
tenía previsto hacer una manifestación para protestar contra los privilegios
económicos de la Iglesia Católica, y tanto la Delegación del Gobierno en
primera instancia, como el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en segunda,
han prohibido tal acto de libertad de expresión. ¿El motivo? Que el Jueves
Santo es un día "de especial significación para los católicos", y que
se da "la
necesaria protección del derecho fundamental de libertad religiosa de los
católicos que tradicionalmente celebran en esta zona
sus procesiones de Semana Santa, así como la existencia de razones fundadas de
alteración del orden público, con peligro real para la integridad física o
moral de las personas, y la integridad de bienes públicos o privados". Es
decir, el TSJM declara conforme a Derecho la prohibición de la Delegación del
Gobierno, por la “necesaria protección del derecho fundamental de libertad
religiosa” y la “existencia de razones fundadas de alteración del orden público”.
Esta decisión viene avalada, no sólo por el TSJM, sino también por el
Ayuntamiento de Madrid, la Jefatura Superior de Policía de Madrid, y la
Abogacía del Estado. Hasta aquí, no tendría nada que objetar si la decisión de
prohibir una manifestación fuera la expuesta. Pero es que no lo es. Esta prohibición
se basa en dos supuestos que en la realidad no se dan.
Entrevistadas las
asociaciones convocantes, y atendiendo al lema de la manifestación, es evidente
que no se pretende en ningún modo soliviantar a los procesionarios, sino usar
un espacio que hasta ayer parecía ser público, como es la calle, para protestar
contra unos privilegios de un club privado llamado Iglesia Católica, y se
pretende hacer un día de Jueves Santo precisamente porque coincide con una de
las fiestas grandes de este club. Basándome en las declaraciones publicadas
tanto de la AMAL (Asociación Madrileña
de Ateos y Librepensadores) como de la Asamblea La Playa de Lavapiés, ni tan
siquiera el recorrido presentado ante Delegación de Gobierno coincide con
ninguna procesión. Es decir, las asociaciones convocantes, mostrando un
absoluto respeto hacia las personas creyentes, y para no vulnerar su derecho de
libertad religiosa, deciden no pasar por ningún lugar donde pueda haber
colisiones. Y aún así, se les prohíbe. Podemos decir, por consiguiente, que
para la Delegación de Gobierno es más importante el derecho de libertad
religiosa que la libertad de expresión.
Pero, hagamos un poco de historia… ¿Realmente las asociaciones ateas,
laicas, o librepensadoras atentan contra la libertad religiosa, o son las
asociaciones católicas las que atentan contra la libertad de expresión de todo
aquel que no profese su fe? Para entender esto, primero tendremos que
explicarnos qué es una procesión, así que acudamos al DRAE:
procesión.
(Del lat. processĭo,
-ōnis).
2. f. Acto de ir
ordenadamente de un lugar a otro muchas personas con algún fin público y
solemne, por lo común religioso. […]
Según su acepción
segunda, una procesión sería, por tanto, un acto público y solemne, que suele
ser religioso, donde mucha gente va de forma ordenada de un lugar a otro. Un
acto público… Un momento, ¿pero este tipo de actos no los convoca una
organización privada? Entonces, ¿por qué una procesión tiene carácter público? Porque
Españistán, aunque legalmente sea un país “aconfesional”, en la práctica sigue
siendo un país católico, y todo acto referente a la Iglesia Católica es un acto
de interés nacional. Bien, ya sabemos que las procesiones son un “acto público”.
¿Y las manifestaciones, lo son? Veamos qué dice el DRAE:
manifestación.
(Del lat. manifestatĭo,
-ōnis).
1. f.
Acción y efecto de manifestar o manifestarse.
2. f. Reunión pública, generalmente al aire libre, en la cual los
asistentes a ella reclaman algo o expresan su protesta por algo. […]
Es decir, también
la manifestación se considera, según nuestros académicos, un “acto público”.
Entendemos así que tanto una procesión como una manifestación encarnan el
desarrollo de un derecho fundamental recogido por nuestra Carta Magna, las
libertades religiosa y de expresión. Entonces, ¿por qué la Delegación del
Gobierno vulnera uno de estos derechos en detrimento del otro? Quizás la
respuesta la encontremos en el color político de quien detenta el gobierno, y
su afinidad más que conocida con la jerarquía del citado club privado.
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Niños de la mochila en pleno Sol. |
Pero vamos más
allá. Además del sacrosanto derecho de libertad religiosa, la Delegación aduce
que hay motivos más que fundados para pensar que una manifestación de estas
características supondría una clara provocación y su consecuencia sería el
desorden público. Bien, no habría nada que objetar si el citado organismo
midiera a ambos sectores por el mismo rasero, pero la realidad, como viene
siendo habitual, es otra muy distinta. Como ejemplo, pondré lo sucedido el
pasado 17 de agosto en Madrid, con motivo de la visita de Su Santidad a nuestra
Piel de Toro. La manifestación laica, cuyo lema era “de mis impuesto, al Papa
cero” estaba aprobada por la Delegación de Gobierno, no pasaba por ningún sitio
por donde supuestamente el presidente del Vaticano tuviera que pasar, y en
cambio, cuando se llegó a la Puerta del Sol, para sorpresa de todos los allí
presentes, nos encontramos con una contramanifestación de los niñatos de la
mochila, que ni estaba comunicada, ni estaba autorizada. Los allí concentrados
tuvimos que sufrir insultos, intentos de agresión, vejaciones, y todo tipo de
violencia por parte de una masa fundamentalista enfurecida que ocupó la calle
sin permiso, y a la que se trató con exquisito cuidado por parte de la policía
municipal, cuerpo que, una vez desalojada la plaza a eso de las once de la noche, y al grito de “basta de mariconadas, sacad las porras y lo
que haga falta”, cargaron contra las personas que pacíficamente nos habíamos concentrado
allí. Puedo decir sin miedo a equivocarme que no hubo ni una sola agresión por
parte de los manifestantes a ningún niño mochilero -mochila, por cierto, pagada
con los impuestos de todos los españistaníes-, mientras que mi posición
privilegiada desde un balcón que daba a la Puerta del Sol me permitió ver a
curas intentando quitarles banderas gays a manifestantes, a una señora que no
toma fibra desde hace años persiguiendo a un grupo de manifestantes al grito de
“¡rojos, que sois una panda de rojos!”, o a unos cuantos niños de la mochilita
provocando, en todos los idiomas que os podáis imaginar, a la gente que ejercía
su derecho de libertad de expresión autorizado por las instituciones. Huelga
decir que, desde mi atalaya, pude ver toda la acción policial, la cual fue
brutal, desmedida, injusta y por supuesto ilegal en un Estado de Derecho… Y no
era Jueves Santo, no había riesgo de que se vulnerara el principio de libertad
religiosa. Curioso. Sigamos buscando otros ejemplos… Por ejemplo, la
manifestación antiabortista del 8 de marzo del 2011 en Sevilla, día de la Mujer
Trabajadora. ¿No había otro día que el 8 de marzo para hacer una manifestación
antiabortista, Día del Mujer Trabajadora? ¿No es esto una provocación hacia los
grupos feministas y antipatriarcales, que ese día sin duda salieron (salimos)
en manifestación por todas las ciudades del país? ¿Aquí no se vulnera el
principio de libertad de expresión de las manifestantes? A gritos del tipo “Bibiana
Aído asesina” o “Ministra hija de puta” estos asiduos caníbales de carne y
sangre de Cristo iban de la mano de la Curia española y la jerarquía del PP,
hoy en el gobierno. A ver si encuentro más ejemplos… ¡Ah, sí! ¿Qué tal el 20 de
junio del 2005, justo una semana antes del Día del Orgullo Gay, en donde tanto
la Iglesia Católica como el PP montaron una manifestación en Madrid para pedir
la derogación de la Ley de
Matrimonio Homosexual? ¿No es esto una provocación
hacia todos los y las homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales
que en aquella semana nos preparábamos para nuestra manifestación? ¿No esto una
injerencia directa de un club privado sobre la política de un país, que tiene que
velar por el bienestar de todo el mundo? ¿No es esto una provocación y una
vulneración de mis derechos como homosexual? Yo ese día escuché a mucho
católico “ofendido” con que se llamara matrimonio a lo que sea que hagan dos
maricones en la intimidad de su casa. Como si el matrimonio lo hubiera inventado
el cristianismo… O peor aún, como si las personas tuviéramos que continuar
pidiendo permiso a la Iglesia Nacional-Católica para hacer según qué cosas…
Curioso, una vez más. En ninguno de estos casos vi a la policía cargar contra
los curas, independientemente de que su discurso fuera violento, incendiario,
intolerante y falto de eso que tanto predican, pero que no practican: caridad.
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Policía "intercambiando" pareceres... |
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Aquí, unos de "extremo centro"... |
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A Dios rogando... |
Vistos
estos ejemplo, es evidente quién tiene derecho a “provocar”, y quién tiene la
obligación de “callar”. Así que, la próxima vez que un católico nos pare por la
calle en plena manifestación protestando por algo que es de justicia, incluso
para él, y nos diga que le estamos ofendiendo con nuestro discurso
anticlerical, digámosle que no se preocupe, que la policía velará por que su
libertad religiosa quede intacta de la forma en la que siempre lo han hecho, y
tan del agrado del facherío nacional. Eso sí, el próximo 8 de marzo, o 28 de
junio, o cualquier otro día donde esta gente salga de sus cavernas a la luz del
sol a soltar sus soflamas, no se os ocurra acercaros a alguno a decirles que os
están ofendiendo, porque aparte de rociaros con agua bendita, lo más probable
es que terminéis apaleados por un municipal, y en primera plana de algún que
otro diario como “agitador intolerante” o “miembro encubierto de Al-Qaeda”. Nos
vemos en la cara oculta de la Luna, en donde, afortunadamente, no sufrimos
procesiones de Semana Santa.
Ya sabrás lo de Baroja, que el español siempre va delante del cura con un cirio en la mano, o detrás, con una lata de gasolina. Yo, querido amigo considero que lo mejor es ignorarlos. Ellos a los suyo, y tú , a lo tuyo. Al final, por su profesión de proselitismo pierden ellos. Pero si te enfrentas, les ofreces un protagonismo que sólo puede servir para incrementar sus filas que es precisamente lo que tuno quieres.
ResponderEliminarYo no tengo problema en ignorarlos. El problema es que ellos no me ignoran a mí. No puede ser que, mientras te pegan de palos con su cruz, encima te exijan respeto para su fe. Pues va a ser que no.
ResponderEliminarAdemás, creo que hay una diferencia importante: ellos tienen el poder del Estado a su lado. Nosotros no.
Hola Rhay.
ResponderEliminarVeo que le estas dando fuerte al blog.
No había comentado todavía pero la verdad es que me está gustando. Ya solo falta la literatura que prometiste.
A ver si la gente se anima a participar un poco más.
En cuanto al artículo, estoy de acuerdo, yo los ignoraría si no fuera porque intentan regular mi (nuestras) vidas en base a sus normas, que no tengo por qué compartir.
Saludos y nos vemos por la Ciencia y sus demonios. (Bonito homenaje a Manuel).
Buena entrada Rhay. Me sorprende que en la España actual se oigan voces vitoreando: "sois unos rojos!" (¿¿¿???), o curas intentando robar banderas de manifestaciones gay. ¿Es que estos tipos no se detienen a pensar unos minutos lo que implica el simple acto de robar una bandera para callar a otro?. Me cuesta creer que alguien, como en el caso de estos curas, muestre esa faceta censuradora de su persona en plena vía pública. Por más ganas que tenga de hacerlo, detente a pensar UN MINUTO que no vas a cambiar NADA!!! Que la imagen que ofrecés no gusta a nadie!!!.
ResponderEliminarMe despido con un video de Pepito Cibrián que aquí tuvo gran difusión, al punto que lo leyó en el Congreso de la Nación Argentina. Es de su autoría, no de García Lorca, como comunmente se presta a confusión. Quizá no llego por esos lares así que aquí lo dejo:
http://www.youtube.com/watch?v=KS6NHhAClgg
Y aquí el texto:
http://pepecibrian.blogspot.com.ar/2010/05/marica-texto.html
Un gran abrazo y nos vemos en el lado oscuro, donde no se vende propaganda.
Putos ellos, los que quieren callar por el miedo que les genera que otros piensen distinto. Putos.
ResponderEliminarAbrazo, ahora sí me voy (me has dejado con bronca jeje).
Hola, chicos.
ResponderEliminarPerdonad por haber publicado vuestros mensajes tan tarde, pero os habían enviado a spam... Será que la Carcunda Católica anda detrás de Blogger... En cualquier caso, ese es el problema principal, que ellos hacen todo lo posible por inmiscuirse en nuestras vidas, y cuando te defiendes, entonan el "¡libertad de expresión! ¡Respeta mis creencias!" y se quedan tan anchos. Y eso sí que no...
Juanchóniko, ni te imaginas... Eso de que Españistán es un país del "primer mundo" es una de las tantas mentiras que nos han contado para hacernos pensar que somos alguien importante, pero la realidad es que Franco lo dejó todo "atado y bien atado", y así sigue...