domingo, 22 de abril de 2012

El Infierno


La quema de unos libros de Darwin en la plaza mientras por la radio suena un mensaje del jefe reptiliano arengando a las masas como si de un “gran hermano” se tratase me hicieron sospechar que algo raro estaba pasando. Comienzo a caminar y me encuentro con gente moribunda por las calles infectada de viruela, de poliomielitis, de sarampión… muriendo sin remedio alguno mientras toman pastillas de azúcar mojadas en agua… “¿Pero qué mundo es este?” me pregunto sin obtener respuesta. Comienzo a pulular por las calles hasta que llego al museo. “Por fin” pienso. “Algo que reconozco”. Al entrar, me doy cuenta de que definitivamente no estoy en mi mundo: un gran arca de Noé con un Tyrannosaurus Rex en la escalinata de entrada preside el hall principal. Entonces, no puedo más y comienzo a gritar desesperado “¡Me he vuelto loco! ¡Viva la involución!”… y unos hombres vestidos con sotanas negras se acercan con muy malas pulgas… Despierto en una sala decorada con símbolos masones y un gran globo terráqueo en el que se aprecia un gran agujero en el Polo Norte, donde se puede leer “Entrada”. Tras la mesa, un médico me mira con cara de indiferencia, y sin siquiera preguntarme, me dice “túmbate. Está claro que necesitas una sesión de par biomagnético fuerte combinada con una dosis doble de terapia fotónica. Las diluciones homeopáticas no han surtido mucho efecto. Debes estar infectado por algún patógeno más grave… Además, tu carta natal ya te avisaba de que tendrías problemas de salud. La cuadratura de la Luna con Marte es evidente, ¿por qué no viniste antes?” Me tumba en una camilla mientras una enfermera pechugona me incrusta unos cristales de colores por todo el cuerpo, y unos imanes en el costado. Mi cara de terror es evidente… “¿Qué me está haciendo este charlatán? ¡Si yo no estoy enfermo!” me repito a mí mismo. Intento explicarle que no estoy enfermo, que la impresión de ver cómo se quemaban libros de Darwin me ha exaltado, y antes de terminar la frase, me tapa la boca con la mano, y me dice “¡¿te has vuelto loco del todo?! ¡Está terminantemente prohibido mencionar a ese hereje! ¡Enfermera, traiga inmediatamente un kit de reiki, el paciente está peor de lo que pensábamos!” Intento levantarme de la camilla, pero el médico me retiene y forcejea conmigo. En la lucha, se me cae un pastillero del bolsillo. “¿Qué es esto?” pregunta el médico. “¿A-tri-pla? ¿Qué es, una droga de diseño? ¡Maldita juventud!”… Le intento explicar que es un antirretroviral para combatir el VIH, y me espeta entre carcajadas “¡¿El VIH?! ¡Si todo el mundo sabe que eso no existe! ¿Ves como eres un drogata? ¡Sólo los drogatas se inventarían semejante bulo para ocultar su adicción! Me parece que contigo vamos a tener que usar métodos más extremos. Llamaré al reverendo Medina. Seguro que él sabe lo que tiene que hacer”… El reverendo Medina es un hombre recio, vestido con un traje blanco y lleva una Biblia en la mano derecha. Me mira de arriba abajo. “No hay duda” comenta. “Está poseído. Preparen la sala para el exorcismo”. Me desnudan y me atan a una cama, me cubren el cuerpo con aceites esenciales y me rodean con sal. El clérigo comienza a decir su letanía y yo sólo puedo gritar y gritar… ¡No me puedo creer lo que me está pasando! De repente, me rocían con latigazos de agua fría… horrorizado, comienzo a gritar, a gritar… ¡a gritar!... y entonces oigo una voz que me dice “¡despierta, cariño, despierta!” Al volver en mí me doy cuenta de que estoy en mi habitación al lado de mi marido y empapado en sudor… ¡Había sido una pesadilla! Mi marido me pregunta “¿qué soñabas?” y yo sólo acierto a decir “con el Infierno. He soñado con el Infierno”.

viernes, 6 de abril de 2012

El (in)discreto encanto de la burguesía católica


Saludos desde la cara oculta de la Luna. Hoy es Viernes Santo, una de las festividades más importantes dentro del mundo cristiano en general, y católico en particular. Y como muchos otros años, al mirar por la ventana se me ha dibujado una maliciosa sonrisa: está lloviendo, lo que significa que muchos pasos no podrán salir en procesión. En cualquier otra sociedad, incluso sentiría lástima por el cofrade que sale en el telediario llorando a moco tendido porque su talla de madera no puede salir, pero en esta sociedad, en este “Españistán” en que vivimos, no puedo tener piedad. No me dejan tenerla.

Rouco, en plan "indignado".
Ayer, Jueves Santo, se tenía previsto hacer una manifestación para protestar contra los privilegios económicos de la Iglesia Católica, y tanto la Delegación del Gobierno en primera instancia, como el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en segunda, han prohibido tal acto de libertad de expresión. ¿El motivo? Que el Jueves Santo es un día "de especial significación para los católicos", y que se da "la necesaria protección del derecho fundamental de libertad religiosa de los católicos  que tradicionalmente celebran en esta zona sus procesiones de Semana Santa, así como la existencia de razones fundadas de alteración del orden público, con peligro real para la integridad física o moral de las personas, y la integridad de bienes públicos o privados". Es decir, el TSJM declara conforme a Derecho la prohibición de la Delegación del Gobierno, por la “necesaria protección del derecho fundamental de libertad religiosa” y la “existencia de razones fundadas de alteración del orden público”. Esta decisión viene avalada, no sólo por el TSJM, sino también por el Ayuntamiento de Madrid, la Jefatura Superior de Policía de Madrid, y la Abogacía del Estado. Hasta aquí, no tendría nada que objetar si la decisión de prohibir una manifestación fuera la expuesta. Pero es que no lo es. Esta prohibición se basa en dos supuestos que en la realidad no se dan. 

Entrevistadas las asociaciones convocantes, y atendiendo al lema de la manifestación, es evidente que no se pretende en ningún modo soliviantar a los procesionarios, sino usar un espacio que hasta ayer parecía ser público, como es la calle, para protestar contra unos privilegios de un club privado llamado Iglesia Católica, y se pretende hacer un día de Jueves Santo precisamente porque coincide con una de las fiestas grandes de este club. Basándome en las declaraciones publicadas tanto de la AMAL (Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores) como de la Asamblea La Playa de Lavapiés, ni tan siquiera el recorrido presentado ante Delegación de Gobierno coincide con ninguna procesión. Es decir, las asociaciones convocantes, mostrando un absoluto respeto hacia las personas creyentes, y para no vulnerar su derecho de libertad religiosa, deciden no pasar por ningún lugar donde pueda haber colisiones. Y aún así, se les prohíbe. Podemos decir, por consiguiente, que para la Delegación de Gobierno es más importante el derecho de libertad religiosa que la libertad de expresión. 

Pero, hagamos un poco de historia… ¿Realmente las asociaciones ateas, laicas, o librepensadoras atentan contra la libertad religiosa, o son las asociaciones católicas las que atentan contra la libertad de expresión de todo aquel que no profese su fe? Para entender esto, primero tendremos que explicarnos qué es una procesión, así que acudamos al DRAE:

procesión.
(Del lat. processĭo, -ōnis).
1. f. Acción de proceder algo de otra cosa.
2. f. Acto de ir ordenadamente de un lugar a otro muchas personas con algún fin público y solemne, por lo común religioso. […]

Según su acepción segunda, una procesión sería, por tanto, un acto público y solemne, que suele ser religioso, donde mucha gente va de forma ordenada de un lugar a otro. Un acto público… Un momento, ¿pero este tipo de actos no los convoca una organización privada? Entonces, ¿por qué una procesión tiene carácter público? Porque Españistán, aunque legalmente sea un país “aconfesional”, en la práctica sigue siendo un país católico, y todo acto referente a la Iglesia Católica es un acto de interés nacional. Bien, ya sabemos que las procesiones son un “acto público”. ¿Y las manifestaciones, lo son? Veamos qué dice el DRAE:

manifestación.
(Del lat. manifestatĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de manifestar o manifestarse.
2. f. Reunión pública, generalmente al aire libre, en la cual los asistentes a ella reclaman algo o expresan su protesta por algo. […]

Es decir, también la manifestación se considera, según nuestros académicos, un “acto público”. Entendemos así que tanto una procesión como una manifestación encarnan el desarrollo de un derecho fundamental recogido por nuestra Carta Magna, las libertades religiosa y de expresión. Entonces, ¿por qué la Delegación del Gobierno vulnera uno de estos derechos en detrimento del otro? Quizás la respuesta la encontremos en el color político de quien detenta el gobierno, y su afinidad más que conocida con la jerarquía del citado club privado. 

Niños de la mochila en pleno Sol.
Pero vamos más allá. Además del sacrosanto derecho de libertad religiosa, la Delegación aduce que hay motivos más que fundados para pensar que una manifestación de estas características supondría una clara provocación y su consecuencia sería el desorden público. Bien, no habría nada que objetar si el citado organismo midiera a ambos sectores por el mismo rasero, pero la realidad, como viene siendo habitual, es otra muy distinta. Como ejemplo, pondré lo sucedido el pasado 17 de agosto en Madrid, con motivo de la visita de Su Santidad a nuestra Piel de Toro. La manifestación laica, cuyo lema era “de mis impuesto, al Papa cero” estaba aprobada por la Delegación de Gobierno, no pasaba por ningún sitio por donde supuestamente el presidente del Vaticano tuviera que pasar, y en cambio, cuando se llegó a la Puerta del Sol, para sorpresa de todos los allí presentes, nos encontramos con una contramanifestación de los niñatos de la mochila, que ni estaba comunicada, ni estaba autorizada. Los allí concentrados tuvimos que sufrir insultos, intentos de agresión, vejaciones, y todo tipo de violencia por parte de una masa fundamentalista enfurecida que ocupó la calle sin permiso, y a la que se trató con exquisito cuidado por parte de la policía
Policía "intercambiando" pareceres...
municipal, cuerpo que, una vez desalojada la plaza a eso de las once de la noche, y al grito de “basta de mariconadas, sacad las porras y lo que haga falta”, cargaron contra las personas que pacíficamente nos habíamos concentrado allí. Puedo decir sin miedo a equivocarme que no hubo ni una sola agresión por parte de los manifestantes a ningún niño mochilero -mochila, por cierto, pagada con los impuestos de todos los españistaníes-, mientras que mi posición privilegiada desde un balcón que daba a la Puerta del Sol me permitió ver a curas intentando quitarles banderas gays a manifestantes, a una señora que no toma fibra desde hace años persiguiendo a un grupo de manifestantes al grito de “¡rojos, que sois una panda de rojos!”, o a unos cuantos niños de la mochilita provocando, en todos los idiomas que os podáis imaginar, a la gente que ejercía su derecho de libertad de expresión autorizado por las instituciones. Huelga decir que, desde mi atalaya, pude ver toda la acción policial, la cual fue brutal, desmedida, injusta y por supuesto ilegal en un Estado de Derecho… Y no era Jueves Santo, no había riesgo de que se vulnerara el principio de libertad religiosa. Curioso. Sigamos buscando otros ejemplos… Por ejemplo, la manifestación antiabortista del 8 de marzo del 2011 en Sevilla, día de la Mujer Trabajadora. ¿No había otro día que el 8 de marzo para hacer una manifestación antiabortista, Día del Mujer Trabajadora? ¿No es esto una provocación hacia los grupos feministas y antipatriarcales, que ese día sin duda salieron (salimos) en manifestación por todas las ciudades del país? ¿Aquí no se vulnera el principio de libertad de expresión de las manifestantes? A gritos del tipo “Bibiana Aído asesina” o “Ministra hija de puta” estos asiduos caníbales de carne y sangre de Cristo iban de la mano de la Curia española y la jerarquía del PP, hoy en el gobierno. A ver si encuentro más ejemplos… ¡Ah, sí! ¿Qué tal el 20 de junio del 2005, justo una semana antes del Día del Orgullo Gay, en donde tanto la Iglesia Católica como el PP montaron una manifestación en Madrid para pedir la derogación de la Ley de
Aquí, unos de "extremo centro"...
Matrimonio Homosexual? ¿No es esto una provocación hacia todos los y las homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales que en aquella semana nos preparábamos para nuestra manifestación? ¿No esto una injerencia directa de un club privado sobre la política de un país, que tiene que velar por el bienestar de todo el mundo? ¿No es esto una provocación y una vulneración de mis derechos como homosexual? Yo ese día escuché a mucho católico “ofendido” con que se llamara matrimonio a lo que sea que hagan dos maricones en la intimidad de su casa. Como si el matrimonio lo hubiera inventado el cristianismo… O peor aún, como si las personas tuviéramos que continuar pidiendo permiso a la Iglesia Nacional-Católica para hacer según qué cosas… Curioso, una vez más. En ninguno de estos casos vi a la policía cargar contra los curas, independientemente de que su discurso fuera violento, incendiario, intolerante y falto de eso que tanto predican, pero que no practican: caridad. 

A Dios rogando...
Vistos estos ejemplo, es evidente quién tiene derecho a “provocar”, y quién tiene la obligación de “callar”. Así que, la próxima vez que un católico nos pare por la calle en plena manifestación protestando por algo que es de justicia, incluso para él, y nos diga que le estamos ofendiendo con nuestro discurso anticlerical, digámosle que no se preocupe, que la policía velará por que su libertad religiosa quede intacta de la forma en la que siempre lo han hecho, y tan del agrado del facherío nacional. Eso sí, el próximo 8 de marzo, o 28 de junio, o cualquier otro día donde esta gente salga de sus cavernas a la luz del sol a soltar sus soflamas, no se os ocurra acercaros a alguno a decirles que os están ofendiendo, porque aparte de rociaros con agua bendita, lo más probable es que terminéis apaleados por un municipal, y en primera plana de algún que otro diario como “agitador intolerante” o “miembro encubierto de Al-Qaeda”. Nos vemos en la cara oculta de la Luna, en donde, afortunadamente, no sufrimos procesiones de Semana Santa.

domingo, 1 de abril de 2012

El desencanto, o "magufo, qué cansino eres"...


Saludos desde la cara oculta de la Luna. Hoy quiero incidir en una tendencia que estoy viendo últimamente dentro de las filas del ejército del pensamiento crítico: el desencanto. En los últimos días hemos visto cómo personas que han sido poco menos que abanderados en esta lucha, han decidido darse un respiro hartos de tanta barbarie. Así, conocimos no hace ni dos semanas que La Pizarra de Yuri se tomaba un descanso, y no hace ni una que mi muy querido amigo Manuel, de La Ciencia y sus Demonios, decía también “hasta pronto”. Si bien es cierto que en este último caso las responsabilidades profesionales han tenido mucho que ver (cosa de la que nos alegramos), también es verdad que él mismo mostraba cierto desencanto hacia una labor que era poco menos que predicar en el desierto. Y es que últimamente estamos viendo que hay demasiados Quijotes por cada Sancho, desequilibrándose la correlación de fuerzas de forma estrepitosa.

Entiendo perfectamente que alguien que ha dedicado más de la mitad de su vida a formarse como científico, que tiene el inmenso privilegio (sí, en las Españas lo es) de dedicarse a la investigación biológica no entienda que haya seres humanos capaces de negar, así por las buenas, todo hallazgo probado científicamente por el simple hecho de negarlo. Entiendo, además, que es muy cansino eso de tener que estar repitiendo como un papagayo las mismas frases, los mismos argumentos, las mismas referencias… para al final tener la sensación de que no sirve para nada. 

Creacionistas... Hay que quererlos...
Día sí, y día también, los generales de la sinrazón nos envían esbirros muy bien instruidos para desestabilizar nuestras líneas, conocedores de que nuestro principal fuerte es también nuestra principal debilidad: el diálogo. Así, nos encontramos con personas que prostituyen el lenguaje, lo tergiversan, lo retuercen, mezclan en sus argumentos una verdad con un sinnúmero de mentiras, usando todas las falacias descritas en la Lógica clásica, para dar la vuelta a cualquier hecho que se les presente delante, y que éste parezca querer decir lo contrario de lo que realmente quiere decir. Es decir, son personas adiestradas concienzudamente para “ganar” un debate, aunque para ello se valgan de cualquier artimaña, por muy sucia que ésta sea. Claro, ante esta situación es muy difícil mantener la calma sin dar un puñetazo sobre la mesa, o soltar algún que otro improperio, motivo que se usa convenientemente para desacreditar la argumentación y las pruebas mostradas hasta el momento, escudándose en la libertad de expresión, gritando contra la censura impuesta, y apelando a algún que otro ilustre científico o pensador obligado a retractarse o a morir por sus descubrimientos u opiniones. Como en este último apartado los generales del ejército de la sinrazón no demuestran tener muchas luces, siempre (o casi siempre) se suelen decantar por Galileo, Giordano Bruno, Copérnico y Miguel Servet. 

El problema principal es que todo esto se desarrolla en nuestro propio terreno, en lugares en donde por nuestra propia coherencia civilizada no negamos la entrada de nadie a priori, y permitimos que se nos cuelen poco menos que hasta la cocina, lo que hace que el desgaste sea mucho mayor. Todos sabemos que nuestros infiltrados terminan siendo descubiertos y deportados más allá de las murallas de sus dominios, cuando no son empicotados y mostrados como trofeos de guerra acá y acullá. Esto hace que en muchas ocasiones ni nos planteemos romper sus filas, conscientes de que nos irán enviando cada cierto tiempo a algún kamikaze. Por lo tanto, entiendo el desencanto. 

Validez de los argumentos magufos
Lo que considero que no hemos acertado a ver, estando demasiado ocupados en defendernos del ataque del infiltrado de turno, o gastando demasiada energía controlando las líneas enemigas, es que en ese ínterin también nuestro mensaje llega a su destinatario. Es decir, muchas de las potenciales víctimas de este invasor que es la irracionalidad se encuentran de repente con que no están solas, que no están indefensas frente a la barbarie e incluso, quizás sin quererlo directamente, se abona un campo donde crecerán las futuras generaciones que comanden este ejército nuestro. O lo que es lo mismo, de cada grupo de personas atacadas por la irracionalidad, conseguimos que una porción comience a pensar por sí misma, y a partir de ahí empiece a cuestionarse todo lo que le rodea, llegando, por qué no, a poner en duda el sistema en el que vivimos, e incluso a cuestionarse los clichés sociales que se les han impuesto, comenzando una lucha por una sociedad mejor, con mejores condiciones de vida, menos desigualdades y una mayor capacidad de convivencia. Como diría Murray Bookchin, la utopía es posible. 

Por consiguiente, lejos de alimentar este sentimiento de desaliento que planea sobre nuestras cabezas, debemos rendir homenaje a los mártires caídos temporalmente, esperar su pronta recuperación, guardarles su sitio en las filas, y mientras tanto, los que quedemos debemos seguir en la batalla, inasequibles al desaliento, continuando con la necesaria siembra que dará como fruto una nueva generación de luchadores. Hermanos caídos en la batalla, no estaréis nunca jamás solos, porque vais de la mano de la racionalidad, y porque cada día somos más los que despertamos de este Matrix de la barbarie. 

Nos vemos en la cara oculta de la Luna.

miércoles, 28 de marzo de 2012

¡Que nos tostamos!


Saludos desde la cara oculta de la Luna. Como cada domingo por la noche, me dispuse a ver el programa Cuarto Milenio, dirigido por el periodista Iker Jiménez. Sé que algunos pensarán qué hago viendo semejante cosa, pero uno tiene sus contradicciones, y no puedo negar que el programa me gusta. Además, es una plataforma ideal para conocer cómo anda el mundo del maguferío, porque de buen seguro que magufada que salga, magufada que será debidamente publicitada en su espacio, así que serán muchas las veces que me leáis cosas sobre este programa. 

Aquí, el que va a acabar con nosotros
El caso es que ayer me encontraba frente al televisor, bien parapetado en mi comodísimo sofá del IKEA, y expectante sobre lo que hablarían. El tema del debate era “tormentas solares”. “Bien”, pensé. “Esto va a ser interesante”. Como siempre, el programa hace una breve introducción sobre el tema que se tratará, para después dar paso al periodista que, con su peculiar estilo de serial de los años cuarenta, nos va metiendo en situación con grandilocuentes y apocalípticas frases del tipo “¿nos ocultan la verdad? ¿Está la Humanidad en peligro?” para acto seguido dar voz a un científico de los de verdad, que nos explica un poco de qué va el tema de hoy. Ayer, esta tarea estaba en manos de José Manuel Nieves, científico responsable del área de ciencia y tecnología del diario ABC, y asiduo colaborador del programa. Ante la pregunta “¿qué le pasa al Sol?”, Nieves expuso de forma breve, clara e inteligible para cualquier mortal lo que le ocurría al sol: nada que no le haya estado pasando desde hace miles de millones de años. El Sol ahora mismo se encuentra en un período de máxima actividad dentro de su propio ciclo, pero ni es el único, ni probablemente sea el más fuerte que haya en toda su vida. La particularidad es que hoy en día podemos medirlo. Además, esta actividad puede ser un problema para la tecnología de la Tierra, ya que hasta ahora no nos habíamos enfrentado a una situación de estas características dependiendo tanto de los aparatos eléctricos. Continuaba Nieves exponiendo que una tormenta solar de grado “x”, esto es, el grado más alto dentro de la escala de medida de este tipo de eventos, podría dejar a ciudades enteras sin electricidad y sin comunicaciones, lo que provocaría el caos, y, por supuesto, la muerte de muchas personas. Concluía el científico su exposición anunciando que, si bien ya han habido incidencias en la India, Australia y la China por tormentas solares que afectaron a las radios en los últimos meses, se espera que el período de máxima actividad sea entre finales del presente año, y todo el que viene. Hasta aquí, todo parecía normal, pero la despedida de Jiménez no pudo ser más adecuada: “¿los mayas tendrían razón?”. Vaya, que ya había dejado caer el “misterio” como si tal cosa…

Después de esta interesante exposición, el periodista vitoriano nos anunció con gran boato que a continuación se pasaba al debate donde hablarían cuatro “expertos”, eufemismo para decir “siento a mis coleguitas para que hablen de lo que les dé la gana, por la ley de L’Oreal”, en donde se volvería a debatir sobre lo que acababa de exponer Nieves, no sin antes volver a lanzar al aire, en su tono de serial, conspiratorias preguntas del tipo “¿hay algo más? ¿nos están ocultando cosas?”. 

La mesa, como siempre, no tiene desperdicio. A la siniestra de Iker, como aquellos condenados por la mano de Dios, se encuentran José Miguel Gaona, psiquiatra, y Alberto Jiménez, director del observatorio de Soria. Y a su diestra sienta a los expertos de verdad en el tema: Javier Sierra, el famoso yolosetodista que, casualidades de la vida, es consejero de una revista en donde se hacía un amplio dossier del siguiente tema del programa (la “maldición” de Tut Ank Amón), y el ínclito, inefable y prístino prócer de las conspiranoias patrias, Enrique de Vicente que, curiosamente, hace un par de meses escribía un amplio dossier sobre el tema en su revista “Año/Cero”, y que, también casualidades de la vida, es editor de una revista cuya editorial dio la primera oportunidad profesional como periodista de lo “oculto” a Carmen Porter, esposa del conductor de Cuarto Milenio, pero esto es otra historia, y será ampliamente estudiada en otro artículo. Lo que importa de verdad es que, de los cuatro sentados a la mesa para hablar de tormentas solares, sólo uno era astrónomo. El resto, sabían de tormentas solares lo mismo que yo de macramé. 

En cualquiera de los casos, no os aburriré con el contenido del debate, y quien quiera escucharlo, que vaya a internet, que seguro que lo encuentra, pero sí me detendré en algunas pinceladas que se dijeron ayer, y que demuestran lo sumamente peligroso que es dar púlpito público, como es un plató de televisión, a ciertos personajes. Enrique de Vicente, que hace tiempo que perdió todo contacto con la realidad, comentaba durante el debate que las tormentas solares pueden afectar a la salud del ser humano, y que prueba de que esto es así, son la cantidad de muertes masivas que hubo durante todo el año pasado de algunas especies de animales, y se basa para decir esto en una investigación sobre la radiestesia llevada a cabo por Yves Rocard y en un panfleto informativo editado por la NASA en donde se explica qué hacer si somos víctimas de una tormenta solar de grado X que nos dejara sin electricidad e incomunicados. En el primero de los casos dice algo así como que la radiestesia está comprobada científicamente [sic] por lo que es lógico pensar que el magnetismo solar nos afecte a la salud, y usa el segundo para decir que, cómo no, la NASA sabe algo que no nos quiere contar, y para curarse en salud publica el panfleto. Además, durante el debate también hablan del fenómeno de grupos de delfines varados en las playas como “consecuencia” de esas tormentas. 


Gráfica de extinciones masivas

Lo que de Vicente parece ignorar, es que el Sol lleva sufriendo estos ciclos de picos y valles en su actividad durante cerca de cinco mil millones de años, y teniendo en cuenta que los puntos de máxima actividad se dan con una media de 11,2 años terrestres, esto nos da que el Sol ha pasado por esta situación, al menos, cuatrocientos cincuenta millones de veces. Si realmente las muertes de estos animales tuvieran que ver con el Sol, haría mucho tiempo que la vida se habría extinguido en nuestro planeta, y en cambio sabemos que la vida se ha visto en serio peligro en unas contadas cinco ocasiones -lo cual no es moco de pavo-, siendo la peor de todas ellas la Gran Mortandad del Pérmico-Triásico, hace unos 250 millones de años,
Las "trampas siberianas"
y en donde el Sol no tuvo nada que ver, así como en ninguna de las otras. Además, el mencionado periodista demuestra su ignorancia en zoología al comentar lo de las muertes masivas de animales, y no darse cuenta de que en la Naturaleza existen especies, como las palomas o las tortugas marinas, cuyo cerebro se encuentra provisto de cristales de magnetita que las ayudan a orientarse. Si esto realmente afectara a los animales hasta el punto de matarlos, ¿no habrían sido las primeras especies en extinguirse completamente las palomas y las tortugas marinas, al volverse locas por el chute/sobredosis de magnetismo? Haciendo esta pequeña reflexión, se habría ahorrado mucho tiempo, creo yo… De igual forma, el hecho de que en una playa del Brasil aparezcan un grupo de delfines varados, cuando nunca en esa playa había ocurrido no es significativo de nada más que de que en esa playa era la primera vez que ocurría algo así. Pero todos sabemos que no es la primera vez que ocurre, y ha seguido ocurriendo incluso durante los períodos valle de la actividad solar. Si el Sol fuera el responsable, sólo ocurriría durante los períodos de máxima actividad, ¿no? Y es que toda la vida en la Tierra se ha desarrollado soportando el propio campo magnético que ésta tiene, con lo cual no somos ajenos a esta radiación.


José Antonio, "Cara al Sol"
Hasta aquí, el tema era más o menos coherente, en tanto que todos estaban de acuerdo con que la tecnología se vería afectada, y excepto las excentricidades expuestas más arriba, no se había salido el tema mucho de madre. Pero llegó el momento en que se abría la caja de Pandora cuando, una vez más, el editor de la revista Año Cero suelta que, atención, los ciclos solares inciden en las revoluciones mundiales. Es decir, que los períodos de revolución se han dado siempre durante ciclos de máxima actividad solar. ¡Toma ya! Rápidamente, me fui a la enciclopedia a mirar las fechas de las revoluciones que había sufrido la Humanidad. Cabe destacar, como anécdota, que si tenemos en cuenta que el período máximo de actividad es de media cada once años aproximadamente, me resultó gracioso descubrir que tanto 1792 (la Revolución Francesa) como 1968 (el famoso mayo francés) coincidían con época de intensidad máxima. Pero claro, yo lo estaba haciendo usando una media. La realidad nos dice que estos períodos varían de 9 a 14 años, por lo que pudo ser que en esas épocas hubieran tormentas solares, o no. Nunca lo sabremos. Lo que me llama la atención de todo esto, es que se use una fecha histórica, y se quiera incrustar de cualquier manera sobre el hecho de que el Sol estuviera haciendo de las suyas. La pregunta casi es mucho más sencilla que la anterior: ¿Por qué no coincide la fecha de la Revolución Rusa, 1917, que fue decisiva en el devenir de la sociedad moderna? ¿Y 1914, comienzo de la I Guerra Mundial? ¿Y 1939, comienzo de la II Guerra Mundial? Incluso las revoluciones de la Primavera Árabe, que comenzaron no en 2011 en Túnez, como todo el mundo cree, sino en el 2000 en Palestina con la Segunda Intifada ¿por qué tampoco coincide esto? No coincide, porque no tienen nada que ver, porque las revoluciones se dan de forma espontánea cuando las condiciones sociales y económicas de una región incitan a la gente a movilizarse. Y además, éstas nunca son de carácter global, como se presumiría de una revolución provocada por una tormenta solar, la cual afecta a todo el planeta.

Por último, me hizo mucha gracia constatar que, cuando se hablaba de la incidencia que puede tener una tormenta de estas características en nuestra tecnología, los elegidos sentados a la diestra comenzaron a pontificar en plan “¡el mundo se acaba! ¡La NASA lo sabe y no nos dice nada! ¡Vamos a morir!”. Bien, el caso más extremo del que se tiene noticia de la incidencia de una tormenta solar sobre nuestra civilización es el evento Carrington de 1859, en donde los sistemas de telégrafo de América del Norte y Europa quedaron seriamente dañados, y se vieron auroras en latitudes tan bajas como Madrid, Roma, La Habana o Honolulú. Este evento se toma como ejemplo de lo que puede ocurrir, porque fue la primera vez que se midió este efecto. Pero como todo, no podemos pensar que cada vez que haya una tormenta solar pasará lo que ocurrió entonces. Los estudios en las muestras de hielo de los Polos demuestran que este tipo de catástrofes se dan una vez cada quinientos años aproximadamente, con lo que, hablando en términos humanos, estamos bastante lejos de que nos pueda ocurrir ahora. Además, parecen olvidarse que la Tierra, gracias a su núcleo interno de hierro sólido, genera un potentísimo campo magnético que desvía gran parte de estas tormentas, y las partículas que no puede desviar, caen normalmente hacia los Polos terrestres, donde, como todos sabemos, aparte de los agujeros para entrar al subsuelo de la Tierra Hueca (según dicen algunos “hespertos” en “jeolojía”), no hay nada más que hielo, osos polares y pingüinos. 

Esquema de la magnetosfera terrestre
Bromas aparte, la magnetosfera terrestre tiene una extensión de unos 80.000 km en la zona de choque entre la Tierra y el Sol, y se extiende más allá de los 300.000 km en la zona opuesta debido a la deformación que sufre el campo magnético por la acción del viento solar. En cualquier caso, una tormenta solar demasiado fuerte puede alterar el tamaño de la zona de choque reduciéndolo considerablemente, y provocando que nos llegue mucha más cantidad de partículas que de costumbre. Durante el evento Carrington se calcula que la extensión de la zona de choque cayó de los 80.000 a los 8.000 km, motivo por el que se cree que la red de telégrafos se averió y hubo electrificación en la atmósfera. Aún así, el ser humano (y el resto de especies) continuó viviendo.

Dicho esto, y para concluir con el tema, después de ver el programa me quedaron claras tres cosas: que el Sistema Solar es un lugar dinámico donde pasan cosas, y nosotros no somos ajenos a nada de esto; que la ignorancia es tan atrevida que incluso se permite cuestionar lo que personas con conocimiento de lo que dicen exponen, sin ruborizarse ni un poquito; y que hay algunos que, para ganarse los garbanzos, son capaces de decir a grito pelado que hay una tetera orbitando Urano, pero que la NASA nos lo oculta. 

Nos vemos en la cara oculta de la Luna.

domingo, 25 de marzo de 2012

¡Saludos desde la cara oculta de la Luna!

Así pretendo abrir este espacio de reflexión personal que espero sea del agrado de muchos y muchas, y que se mantenga en el tiempo. 

La actual crisis sistémica que vivimos está haciendo que surjan de las profundidades de las alcantarillas miríadas de oportunistas que pretenden hacer negocio con la miseria humana, desesperanzados y asustados como estamos ante la incertidumbre de lo que nos puede venir. Cuadernos de la Luna Oscura tratará de poner un ojo más de vigilancia para denunciar todo este tipo de atropellos y así, si bien no pretendo erigirme en defensor de las causas de nadie, tratar de aportar mi grano de arena para que la Humanidad aprenda a pensar de forma crítica y constructiva, libre de los yugos dogmáticos de religiones y supersticiones. La verdadera libertad sólo se podrá conseguir cuando el ser humano sea capaz de pensar por sí mismo, apoyado en las evidencias y hechos que para ello se nos da como instrumentos, y sin miedo a las repercusiones que esto pueda tener en una ulterior vida trascendental poco menos que dudosa. Y es que la evolución, que tanto nos ha ayudado a llegar donde estamos, también nos ha jugado alguna que otra mala pasada dotándonos de una imaginación tan fructífera como real. 

Espero que entréis, que os pongáis cómodos, y os abráis una cervecita, os pongáis un vino y unas aceitunas, a la espera de que esto arranque definitivamente. 

Magufos y conspiranóicos del mundo, recordad que se os vigila desde la cara oculta de la Luna.